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Sociedad

Con plazas suficientes

Con plazas suficientes

Domingo por la tarde. Miles de viajeros colapsan cada semana las estaciones de trenes de toda España. Entre la multitud, cientos de estudiantes que regresan a las ciudades en las que comparten piso con otros jóvenes y que han decidido tomar unas mini vacaciones en familia aunque sólo sea por un par de días. En las ventanillas de venta de ticket, el señor con bigote largo y pómulos rojos escucha la enorme cantidad de historias que le cuentan como escusa por la pérdida de un tren o por el deseo expreso de viajar en un tren que ya está completo.

España ha avanzado en materia ferroviaria. Ha crecido mucho en los últimos años. Hasta el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ha preguntado por ese tren llamado AVE y que dicen llega a alcanzar casi 300 km/hora. El crecimiento es muy notable pero el señor de la taquilla sigue escuchando domingo tras domingo, lunes tras lunes historias increibles, reales o creadas por el intelecto humano, que buscan una plaza en el tren que sale en sólo 3 minutos y está cerrada su venta.

Quizás este avance aún está por terminar. Donde parecen haber crecido en estas cuestiones es en Mauritania Sí, en Mauritania. Ese país del noroeste de África del que en los medios de comunicación tan sólo nos han vendido su posición geográfica y la pobreza que parece dominar toda la región.

Además de estas dos características, que sí que las tiene, Mauritania cuenta con el tren más largo del mundo. Atraviesa el desierto entre las ciudades de Nuadibú y Zourat, en Mauritania, arrastra una cadena de vagones de casi tres kilómetros de largo. El convoy transporta alrededor de 22.000 toneladas de hierro desde la gigantesca mina de Zourat, en mitad del Sahara, hasta la costa mauritana. El viaje puede llevar todo un día y cubre una distancia de unos 700 kilómetros, cruzando por uno de los lugares más desolados del planeta. En más de una ocasión, el tren ha sido atacado por el Frente Polisario a su paso por la frontera con el Sahara Occidental.

Quizás comprar una vivienda cerca de las vías por las que circula este tren no sea del todo una decisión acertada.

Ese loco francés

Ese loco francés

El 14 de enero de 1887, pocos días antes de que se iniciara la construcción de la Torre Eiffel, el periódico Le Temp de París publicaba una carta abierta de protesta firmada por numerosos intelectuales franceses que calificaban la torre de “esqueleto horroso” y “Notre Dâmme de la quincalla”. Pese a esta oposición intelectual, la torre se levantó gracias a  los 140 millones de las antiguas pesetas aportadas por el propio Alexandre Gustave Eiffel  a cambio de una concesión para su explotación comercial y turística durante veinte años. Sólo en el primer año la visitaron un 1.968.000 personas.

El 31 de marzo de 1989 la construcción de la Torre Eiffel se dio por acabada. La torre fue levantada cerca del Campo de Marte en veintiséis meses por un equipo permanente de sesenta obreros, siguiendo las indicaciones de los 5.300 planos elaborados por el equipo de ingenieros. Su altura inicial fue de 312’27 metros, aunque con la antena que posteriormente se añadió se alcanzó los 320’75 metros. Su peso total es de 10.000 toneladas. Por centímetro cuadrado, la torre sólo ejerce una presión de 4’5 kilos sobre sus cimientos. La acción del viento hace que su cúspide metálica oscile en un arco de hasta seis o siete centímetros. Sus pilares están orientados a los cuatro puntos cardinales y se inscriben en un cuadrado de 125 metros de lado. Para subirla se han de trepar 1792 escalones, los cuales se sujetan, en buena parte, con más de un millón de remaches metálicos. En 1990, la torre fue aligerada en 1343 toneladas de peso mediante recortes practicados en el suelo puesto que había engordado aproximadamente esos mismos kilos a causa de la batería de antenas y ascensores incorporados al diseño original.

Hace 132 años, justamente la avanzada edad de esta vieja torre parisina, algunos  literatos y genios del momento como Gounod, Maupassant, Leconte de L’Isle o el propio León Bloy pensaron que Eiffel andaba enfrascado en algunas de sus locuras creativas. Quizás estos intelectuales deberían debatir en la actualidad estas teorías con el propio Sarkozy o el pueblo parisino de los últimos cincuenta años, a los cuales les genera casi catorce euros por persona cada vez que algún turista visita la parte alta de este gigantesco y singular edificio francés.

Personajes anónimos

Personajes anónimos

Desde hace años, la televisión se ha convertido en el centro neurálgico de unos cuantos que tratan de imponer un estilo y una forma peculiar de llenar la “caja tonta” y que están alcanzando cuotas de pantallas nunca vistas en algunas cadenas. De esta forma, Telecinco parece haber encontrado el formato perfecto para las tardes, con un plató repleto de profesionales y de otros que no lo son pero que dan el espectáculo que se exige para la sobremesa. Durante las primeras horas de la mañana, Antena 3 abre, cada vez más temprano, con una Susana Griso que ha pasado de la mesa de informativos a tertuliar con Jesús Mariñas. Suficiente para liderar los desayunos de este país. En cuanto a la noche, la variedad es mucho más amplia. Series como Cuéntame como pasó cumple ya sus diez años de existencia siendo líder de audiencia en los jueves, competido por el formato Gran Hermano que parece haber alquilado por tiempo indefinido un buen espacio en Telecinco. Pese a esto, algo en la televisión está cambiando.

Poco a poco asistimos al nacimiento de algún que otro programa que pretende dar voz a personajes no tan públicos, no tan relevantes en el panorama televisivo y que, por supuesto, están fuera de la actualidad inmediata que persiguen los medios de comunicación. Españoles por el mundo, callejeros viajeros y otros similares, conforman un nuevo estilo propio que parece evolucionar razonadamente en la pantalla, aunque por el momento, quedan cientos de “personajes ocultos y anónimos” que merecen un reconocimiento y un galardón que nadie parece les va a dar. Algunos de los aspirantes podrían ser algunos de estos que se recoge en las líneas siguientes.  

Carlos. 23 años. Sevilla. Desde hace 5 años, cuando llegó a estudiar, dedica todas las noches, de lunes a viernes a llevar de comer a prostitutas y personas que viven en la calle. Durante este tiempo, ha recibido agresiones por parte de quienes dirigen este negocio, pero su persistencia ha servido para hacerse con el respeto de estos “matones” y hoy en día, coordina un movimiento nocturno para realizar esta actividad por diferentes barrios sevillano con más de 35 personas. Por supuesto, todos ellos, actúan bajo el impulso altruista de formar una generación de jóvenes interesados en mejorar el estilo de vida de estas otras personas. 

Donna Fytau. 26 años. Granada. De origen nigeriana, esta joven de 26 años lleva 3 en Granada buscando una vida que nunca tuvo en su país. Con 2 hijos en Nigeria, Donna trabaja como limpiadora de un bar en el centro de la capital granadina, labor que desarrolla desde las 7 de madrugada. A las diez, toma asiento en una oficina con 20 compañeras más para ejercer de telefonista hasta las 4 de la tarde. Tras el almuerzo, una escuela de adultos trata de enseñarle la cultura y la educación que nunca pudo tener en su país. Entre sus principales aspiraciones, abrir su propio negocio de hostelería y traer a sus pequeños a España, ya que Donna es divorciada y ahora los críos viven con la abuela materna. 

Pedro Suárez. "Cuando quieres buscar la felicidad para ti, te da un gozo al principio y te deja vacío al final. Pero cuando ayudas a los demás sientes algo que no tiene precio. Si bien no recibes plata, siento que estoy bien con Dios y conmigo mismo. Creo que ayudar es un placer que da la vida".  Este cantante peruano, de 40 años de edad, es uno de los artistas más representativos de la industria musical peruana y sus letras y parte del dinero recaudado en los conciertos, lo dedica a ayudar los sectores sociales más desfavorecidos. Suárez es miembro de Fundación ALAS (Gabriel García Márquez, Alejandro Sanz, Shakira, Miguel Bose), vocero oficial del PMA (Programa Mundial de Alimentos) de Naciones Unidas y activista Bomberos Unidos Sin Frontera, BUSF-España (Día Mundial del Agua).

Seguramente, estos tres personajes no podrían ser ni siquiera el prólogo de las miles de personas, que por méritos, deberían llenar portadas de periódicos, titulares de telediarios y reportajes de revistas. Por el momento, permanecerán en el grupo de los ya mencionados Personajes anónimos. Quizás algún día, este nuevo formato de programas a los que antes nos referíamos, les dedique unos minutos. Quizás.

 

Las nuevas guerras del siglo XXI

Las nuevas guerras del siglo XXI

Desde hace décadas, Colombia ha ido emergiendo a pasos agigantados entre los países con mayor producción de cocaína y heroína situándose entre los principales bloques dedicados a la venta de estas sustancias que se comercializan luego en países importantes de Europa Occidental como Francia, Italia o la propia España. De esta forma, la droga se ha convertido en la prncipal fuente de enriquecimiento de buena parte de la sociedad colombiana. Hasta hace pocos meses, ésta ha sido la historia que nos han vendido los medios de comunicación y que ha promovido la aparición de mafias y grupos paramilitares que buscan en el tráfico de estupefacientes y en la extorsión un estilo propio de vida.

Ahora, esta intrahistoria del pueblo colombiano ya ha escrito algún capítulo más, aunque de momento, parece que los medios aún no lo conocen bien o no les interesa venderla al público que sólo sabe de la existencia de una Colombia de narcos y de mafias dedicadas al comercio imposible.

Cuando el siglo XXI está a punto de cumplir su primera década de vida, al país colombiano y a los habituales grupos armados que operan en el feudo de la droga se les están uniendo otros clanes con similares intenciones de lucro y con idénticas respuestas violentas. Especuladores de guante blanco, mafias y bandas criminales que han encontrado un nuevo `El dorado´ en los biocombustibles y el comercio de CO2.  

De esta forma, Colombia sufre su tercera guerra con resultados desastrosos y donde unos tantos buscan una respuesta económica y un lucro aún sin cuantificar. Muy pocos medios se han hecho eco de este nuevo conflicto del siglo XXI que está empezando a compaginar la producción y el consumo de cocaína con el comercio de dióxido de carbono (CO2). Aunque es un negocio con beneficios a largo plazo, de momento sus efectos son marginales si se comparan con el comercio de la droga.

Pero lo que ocurre en Colombia es la historia de siempre. El dinero llamando por la vía rápida al dinero. Y esto hace que los narcos ya se hayan interesado por este nuevo mercado y así de paso puedan blanquear parte del dinero procedente del “sagrado” polvo blanco. Algo similar ocurre con los grupos de la guerrilla y los paramilitares. Todos buscan financiación en un negocio que parece coger el ritmo que muchos desean para lucrarse de forma improcedente.

En el único medio de comunicación que se ha interesado por estas nuevas guerras del siglo XXI, un ciudadano colombiano explicaba el modus operandi de este nuevo mercado del dióxido de carbono. “Invitan a la gente a una reunión, le dan de comer, ofrecen pagarle el combustible para sus embarcaciones y siempre se presentan con mucho dinero. Quien ofrece ayuda a la gente siempre es un empleado de una compañía privada. Les explica que todo cuanto tienen que hacer es vender sus derechos de emisión de dióxido de carbono. Y a cambio ganarán millones. Los rincones más remotos del país están sembrados de panfletos que ofrecen a las comunidades indígenas fortunas por el oxígeno de los bosques que llevan siglos sustentando su forma de vida”.

De esta forma, asistimos a la puesta en marcha de una nueva forma de conflicto, una nueva guerra que abre las puertas a los desencuentros silenciosos que parecen van a triunfar en el siglo XXI.

Amancio Ortega, magnate del textil y la explotación

Amancio Ortega, magnate del textil y la explotación

Doce de la mañana de un sábado cualquiera. Las principales calles de la ciudad registran miles de personas que van y vienen cargados de bolsas de todo tipo de establecimientos que durante los fines de semana convierten sus negocios en un auténtico ir y venir de ciudadanos que buscan “algo que ponerse” para una cita importante.  

Durante ese trasiego de gente, es fácil ver que la inmensa mayoría de compradores comparten bolsas de una misma línea textil que desde hace casi dos décadas ha conseguido situarse a la cabeza del ránking del éxito textil, Inditex y el todopoderoso Amancio Ortega.

Pero en este caso, el éxito parece que no viene solo. Los miles de compradores que registran las conocidas tiendas de Zara, Pull & Bear, Stradivarius, la siempre elegante Massimo Dutti y otras muchas más, quizás desconocen de donde proceden las prendas (algunas un tanto repetidas) que ellos lucen a diario por las calles de cualquier rincón del mundo.

Cada varios meses, algún medio de comunicación busca entrevistar al magnate de los negocios, al hombre más rico de España y al “Rey Midas” cuyos productos se han convertido en casi todo el globo en motivo de elogio recurrente.

En revistas, diarios, emisoras o televisiones, parece que al buscar un perfil de este tipo duro del textil, no han tenido la suerte de encontrarse con ningún escándalo que circula en algunos otros medios de periodistas en silencio que sí persiguen  informar sobre la realidad de diversas situaciones. Una realidad que mancharía el perfecto historial empresarial de Amancio con titulares como: Condenan a ZARA por obligar a trabajar los domingos que consideren "oportunos"; Stradivarius condenada por competencia desleal; Denuncian en Portugal que subcontrata de Zara explota a niños; Intermón denuncia que El Corte Inglés, Mango, Zara y Cortefiel fomentan la

explotación laboral.

Para encontrar este tipo de titulares, poco favorables a la trayectoria de Ortega, tan sólo hay que buscar en las 3w algo sobre su perfil y su éxito. Lo cierto es que pese a la gran cantidad de escándalos sociales que parecen perseguir como fantasmas sin peligro a este gallego, Amancio parece alimentar sin miedo a nada una fortuna que en una sola semana ha alcanzado un valor récord de algo más de 16.000 millones de euros.

Explotación en países poco desarrollados, condiciones severas, trabajo poco remunerado… ¿y qué? Hoy es sábado por la mañana. Seguramente, mientras esta denuncia literaria cobra vida, miles e incluso millones de personas estarán engordando el historial de quien para muchos es el "mejor empresario español de la historia"

Sin galones pero con méritos

Sin galones pero con méritos

A lo largo de la historia, el ser humano comete más errores de los que jamás ningún escritor podría inventar y enumerar. Gracias a este tipo de fallos o de aciertos, los historiadores, escritores y filósofos consiguen nutrirse de ejemplos reales que luego utilizan para teorizar, crear, informar e incluso destruir al propio individuo.

En los últimos años, los políticos y entes con rol destacado en nuestro país han contribuido a destruir una faceta de la vida humana que tan buenos resultados podría dar en nuestros días, el reconocimiento de un “alguien” humano.

Ahora más que nunca, en medio de la controversia política y social que viven algunos rincones del globo como Afganistán, suele ocurrir que cada dos o tres meses, un soldado muere en una misión humanitaria, un soldado que luego más tarde, cuando sus restos vuelven a su país de origen, recibe la medalla al “no sé qué” que nadie entiende pero que queda en primera plana de todos los diarios nacionales.

Parece que hasta que no ocurren este tipo de infortunios, quienes dirigen desde la mesa y el sillón confortante, no perciben el riesgo, el peligro o simplemente el servicio que hacen a los demás (soldados, médicos, o mecánicos) que ponen su vida en peligro y que bien podrían ser reconocidos como entes importantes antes de partir al circo de fuego.

Al menos, estos suelen recibir el galardón del mérito aunque sea a modo póstumo, pues hay otros que ni siquiera tienen la suerte de colocarse una insignia en su chaqueta y recibir una calurosa ovación de los personajes destacados del panorama actual. Este es el caso de miles de personas que, por cualquier extraña circunstancia dedican su vida a cuidar de los más cercanos, de quienes están más débiles y que lo hacen sin recibir nada a cambio más que el abrazo, la mirada y el cariño de quien miman con esfuerzo y dedicación durante décadas.

Al quedar huérfano de quien cuidaban, quienes se dedican a esta labor humanitaria apenas pueden sobrevivir con una pensión que no supera los 500 euros y que no les permite ni siquiera un alquiler digno. A medida que pasan los años se olvidan de cobrar un dinero que sí que les pertenecen y se conforman con contemplar el rostro rugoso pero feliz de quienes se van pese a haber recibido los cuidados de estos otros héroes sin galones pero con miles de méritos para conseguir, al menos, uno de ellos.